21.1.09


Hace frío, y en el aire habita esa niebla espesa que te impide respirar. Buscas en el cielo amenazador a tormanta un resquicio de luz, con los ojos cerrados una mano amiga que te enseñe cuál es el camino que sigue a continuación, que es lo que sigue en la historia. Si se desatará la tormenta como tú temes o si quizás por algún sitio aparecerá un rayo de sol acariciando tu rostro, dándote la fuerza que necesitas para soltar todo eso que se revuelve dentro de tí.
Hace ya que te diste cuenta de que tomaste un callejón sin salida, ese amor que te hacía brillar es tan falso y tan inventado como los sapos que se convierten en principes. Sabes que tienes que bajar de esa nube que empieza a difuminarse con el paso de las horas, y lágrimas de impotencia bañan tus ojos, te quieres quedar a disfrutar un poco más de tu libertad, pero la vida llama a la puerta. Es hora de bajar a la tierra, abandonar los sueños y empezar a caminar de nuevo.

9.1.09

..Tormenta..




-¿Y ahora qué toca?
-La lluvia en la ventana.
Sonríe y la deja seguir concentrada en su trabajo. Lleva horas mirándola y todavía no se ha cansado. Ha tomado la decisión de que siempre que amenace la tormenta vendrá para contemplar esa forma tan encantadora en la que su pelo le cae sobre los ojos, nublándole la vista.
Siente el olor penetrante a café en el aire. Su sonrisa se ensancha. Sale de la habitación.
Ella mira cómo la puerta se cierra tras él. Sus ojos brillan de felicidad. Intenta concentrarse en su dibujo. Le falta un poco de sombras, pero con él alli a su lado se ve todo tan luminoso... Enciende un cigarrillo y se reclina en el asiento permitiendose a sí misma sonreír ampliamente. Pronto el sonido de las gotas en su ventana la distraen nuevamente y centra todos sus sentidos en el cielo oscurro de allí fuera.

Unas palabras en su oído la sacan de su ensimismamiento. Ese aliento en su nuca la impulsaa cerrar los ojos. Cuando los abre él está frente a ella, sonriendo. Hasta entonces nunca había notado la humedad que aparentaban esos labios, pidiendo a gritos ser devorados. Sus ojos centelleantes buscan su mirada. Es conciente que acaba de olvidar la pregunta que le acaba de hacer, bajito, entre susurros, sólo es consciente de que sus labios se acaban de mover de forma acompasda, comprimiendo el aire que hay entre los dos.

Y así, cayó en la cuenta... Algo peor que la tormenta de alli fuera acababa de surgir...
Bella se había enamorado de la Bestia...