30.8.10

Contra las reglas



Miró por tercera vez en diez minutos el gran reloj de pared, testigo mudo de su impaciencia. Se sirvió nervioso otra copa y se hundió en el cómodo sillón de piel. Saboreó despacio la bebida y cerró los ojos intentando relajarse. Arturo era del tipo de personas que tendía a alejar a los demás de sí, sólo para ver si de verdad se iban. Le divertía, simplemente. No tenía problemas para adaptarse a los cambios, y ¿por qué no? a las personas. Y ahora se sentía inquieto, después de tantos años, el método comenzaba a funcionar también con ella. Se le estaba yendo de las manos, y esta vez no lo había previsto. Se tensó en un ataque de furia y lanzó con rabia el vaso contra la pared. Apretó los puños mientras éste se hacía añicos en el suelo, dejando tras de sí unas marcas profundas en la pared, como las que él comenzaba a sentir en sus propias carnes.

5 comentarios:

Violetcarsons dijo...

¿Tienes hijos? :-)

Sweet_Nightmare dijo...

Jajaja, no (: Mis enanitos son mis primos peques, en este caso es el hijo de mi prima mayor :P

Ricardo J. Román dijo...

Muy buen relato.

Saludos, feliz inicio de semana.

kayako saeki dijo...

Pues no se porque, pero me alegro de ke ella se aleje de él.... Sí tan seguro estaba de si mismo....
No confío en las personas ke creen tenerlo todo bajo control... En un segundo el viento sopla, y se lo lleva todo...

Una buena situación ke nos lleva a la reflexión!

Muak!

Natacha dijo...

Es que a veces, uno encuentra la horma de su zapato...
Un beso, bonita.
Natacha